martes, 6 de diciembre de 2011

COMERCIO MEDIEVAL


COMERCIO MEDIEVAL
En el Mediterráneo, las ciudades italianas habían mantenido vivo el comercio marítimo, relacionándose con el ámbito musulmán y el bizantino. Las Cruzadas intensificaron ese comercio, basado en mercancías caras, como las especias, el azúcar y otros productos de lujo. Los mares del norte de Europa constituyeron otro importante foco mercantil. Las ciudades flamencas (Gante, Brujas, Ypres) establecieron un rico comercio con la lana inglesa. Más al norte, las ciudades del Báltico -sobre todo Lübeck- se beneficiaron del gran mercado ruso. El transporte terrestre se realizaba a lomos de animales, mientras que el fluvial (Danubio, Ródano, Rhin, Sena) se utilizaba para mercancías baratas y pesadas. El marítimo se vio favorecido por el empleo de nuevos barcos (coca hanseática, galera veneciana) y por el uso de la brújula y el timón de codaste.
El comercio en tierra tuvo dos manifestaciones principales: los mercados locales y las ferias. Las ferias de Champaña enlazaron el ámbito comercial flamenco con el italiano. El desarrollo mercantil intensificó la industria y la circulación monetaria. El gros de plata fue sustituido por la moneda de oro. Con el auge del comercio surgieron sociedades de mercaderes, como las guildas y las hansas en el norte de Europa, o las commenda y societas maris en el Mediterráneo. La Comenda es un tipo de pacto económico que nace en las grandes ciudades italianas del s. XIII. En principio se sirve de contratos entre individuos para hacer operaciones comerciales. Es lo más sencillo: un comerciante, el stans, pone el dinero “sin moverse de su casa”, y el socio viajero, el tractator, hacía los viajes y luego se repartían a partes desiguales las ganancias (más para el stans).  Las Societas Maris son un tipo de empresa que aparece en el s. XIII y que se basa en que los socios que la conforman asumen su parte proporcional de riesgo económico en la inversión.
La Hansa fue una federación de ciudades del norte de Alemania y de comunidades de comerciantes alemanes en el mar Báltico, los Países Bajos, Noruega, Suecia, Inglaterra, Polonia, Rusia, parte de Finlandia y Dinamarca, así como regiones que ahora se encuentran en Estonia y Letonia. Se asociaron para defender sus intereses comerciales comunes.

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